El gato se fue de parra

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El mundo son los hechos en el espacio lógico. Los hechos se dividen en hechos simples y éstos en una combinación de objetos (entidades, cosas). La posibilidad del hecho simple está inscrita en la cosa. Nos es imposible pensar en objetos espaciales fuera del espacio ni objetos temporales fuera del tiempo, ni de pensar un objeto sin mezclarlo con otros. Las cosas son independientes por cuanto pueden formar parte de todos los hechos posibles simple, pero en este sentido, son también conexiones de dependencia.
Si conozco un objeto, conozco también la totalidad de sus posibilidades para formar hechos simples, no tiene nuevas posibilidades. No puede pensarse en ninguna cosa sin un espacio lógico. Un objeto espacial tiene que yacer en el espacio infinito, en un lugar concreto de todas las posibilidades de la lógica. Por ejemplo, una mancha puede no ser roja, pero tiene que tener algún color, tiene que estar inmersa en el espacio del color.
El objeto es simple y constituye la sustancia del mundo (recordemos, de los hechos en el espacio lógico).
Dice: Es evidente que por muy diferente del mundo real que sea un mundo imaginado, de todos modos debe tener algo en común - una forma - con él. ESta forma fija está constituida por los objetos. La sustancia del mundo no puede determinar ninguna propiedad material sino únicamente una forma.
Los objetos que tengan la misma forma lógica se diferencian entre sí solo porque son diferentes. O bien, una cosa tiene propiedades que ninguna otra tiene, en cuyo caso podemos sin más distinguirla de otras por media de una descripción y referirnos a ella o bien, una cosa tiene todas sus propiedades en común y entonces es absolutamente imposible indicar alguna de ellas. [Gonzalo: aquí se me ocurre pensar en el estructuralismo... cuando dos elementos tienen todos los rasgos iguales, es imposible distinguirlos y se consideran la misma cosa]. Algo que no se distingue por nada, no podría distinguirse porque si no ya sería distinta.
La sustancia es lo que existe independientemente de los hechos simples.
Espacio, tiempo color (cromaticidad) son formas de los objetos. Entendemos el mundo gracias a que los objetos tienen una forma fija. Lo fijo, lo existen y el objeto son lo mismo. Lo único que cambia es la configuración, no el objeto.
Los objetos encajan unos con otros como los eslabones de una cadena. Los objetos mantienen entre sí una relación determinada. El modo en el que se conectan los objetos en el hecho, es la estructura del hecho simple. La forma es la posibilidad de la estructura. La estructura de un hecho no es sino la estructura de un hecho simple.
El mundo es la totalidad de los hechos simples existentes y esto también determina qué hechos simples no son existentes: la existencia y la no existencia de los hechos simples es la realidad. A la existencia de un hecho simple la llamamos también un hecho positivo y a la no existencia un hecho negativo.
Los hechos simples son independientes unos de otros. De la existencia de un hecho simple no se puede inferir la existencia o no existencia de otro.
Lo que todo retrato lógico de la forma que sea, tiene que tener en común con la realidad para poder en lo absoluto tratarla - correcta o incorrectamente - es la forma lógica, es decir, al forma de la realidad.
El conjunto de proposiciones verdaderas representa el mundo.

El retrato es un modelo de la realidad que presenta una situación en el espacio lógico, la existencia y no existencia de un hecho simple. Cada retrato tiene objetos y consiste en una conexión entre sí de un modo determinado. El retrato es un hecho.

Los límites del lenguaje son los límites del pensamiento: todo lo que se puede pensar se puede decir y todo lo que se puede decir se puede pensar. El lenguaje describe los hechos, las cosas que pasan, el pensamiento solo puede referirse al mundo de los hechos. Nuestro pensamiento está dirigido esencialmente al conocimiento de la realidad empírica, todo aquello que pueda estar fuera de ella (Dios, el alma, las substancias, las esencias...) son entidades de las que no se puede hablar ni pensar.

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